Ernst Röhm tuvo un rol importante en la construcción de los cimientos del movimiento nazi, fue quien fundó las SA, una organización de corte militar que tenía el objetivo original de ordenar los actos públicos del partido, pero que rápidamente se convirtió en una fuerza de choque para enfrentar a las facciones políticas rivales. La función principal de Röhm era controlar a los “camisas pardas”, como eran llamados los integrantes de las SA por su prenda característica.
Ernst tuvo varios vaivenes en su relación con Hitler, principalmente porque este último se negaba a compartir el liderazgo y reclamaba la fidelidad total de las SA. La disputa por el control del grupo paramilitar se intensificó al punto de que Röhm presentó la renuncia formal al partido esperando una conciliación de Hitler, que nunca sucedió a pesar de la insistencia de Ernst. Fue un golpe duro para él, ya que había apoyado fielmente a Hitler incluso en su intento de golpe de estado, el putsch de Munich.
Esta ruptura coincidió con un enfrentamiento entre Bolivia y Paraguay, previa a la guerra del Chaco. Los paraguayos destruyeron el fortín “Vanguardia”, y el estado boliviano decidió llamar nuevamente a un general alemán (Hans Kundt) como jefe del Estado Mayor. Fue de esta manera que Röhm se sumó a la delegación en diciembre de 1928, ingresando con grado de teniente coronel al ejército boliviano.
El paso de Ernst Röhm por Bolivia
Ernst estuvo un tiempo considerable en Bolivia, fue un país que supo querer y siempre tuvo en su estima. Hubo una cuestión que le jugó una mala pasada, y terminaría por ser determinante en el final de su vida: la cuestión amorosa.
Röhm era homosexual, y durante su estadía en Bolivia le costó encontrar compañía. Esto lo sabemos por una serie de cartas que envío a Karl-Günther Hemisoth (un médico alemán y político nazi), en las que declaraba abiertamente sus sentimientos.
“El clima de altura de La Paz (3.600 metros) no me resulta especialmente duro. Vivo bien y puedo comer al estilo alemán. Si no me faltara el objeto de mis amores. Incluso me he traído un acompañante, un pintor muniqués de 19 años. Cuando se va de viaje de estudios, la paso terriblemente mal”.
Carta de Ernst Röhm
Decía Röhm que los paceños son “en gran parte muy guapos”, pero no encontraba forma de acercarse a ellos.
De hecho, en una misiva cuenta que intentó sondear el tema cuidadosamente con su profesor de español, y este le respondió que “en La Paz no se da esto”, y que “para eso” había que viajar a Buenos Aires.
“Por las noches, hago mi recorrido, hasta ahora sin éxito, por todos los barrios de La Paz. Es algo para llorar”.
Carta de Ernst Röhm
Luego de varias vicisitudes en Bolivia, incluido el golpe al gobierno de Siles, Röhm volvió a Alemania en 1930 por pedido del propio Hitler. Esta vez la misión era controlar a las SA (bastantes descontentos con el Füther por no haberles otorgado suficientes escaños en el parlamento).
A su vuelta, Röhm eligió el emblema del Ejército boliviano (la estrella de seis puntas rodeada por una corona de laureles) como símbolo de su rango. Se dice incluso que conocía bastante bien el himno nacional boliviano y lo tocaba en el piano.
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Su trágico final
En la medida de que las SA fueron adquiriendo poder como fuerza de choque (se estima que llegaron a ser aún más que el propio ejército alemán, en aquellos días fuertemente restringidos por el tratado de Versalles) la importancia de Röhm en el partido también iba en aumento, y esto despertó la oposición de otros líderes como Göring, Himmler y Göbbels.
En 1932 se filtraron sus cartas a la prensa alemana, y esto causó un duro golpe en su figura pública y en la del partido nazi. Se inició un proceso de investigación por “delitos sexuales contra natura” pero sin consecuencias reales.
Con la llegada de Hitler al poder un año después, el enfrentamiento entre ambas figuras volvería a reflotar. Röhm no estaba dispuesto a subordinar a su tropa, y esperaba liderar la refundación del ejército alemán.
Este recrudecimiento de las hostilidades con Hitler, y la oposición de los otros líderes del partido llevaron a que en junio de 1934 en la famosa “noche de los cuchillos largos” Röhm fuera apresado y ejecutado dos días después, acusado de un intento de levantamiento de las SA. Así terminó la vida de Ernts Röhm, una figura peculiar dentro del movimiento nazi.
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Licenciado en Historia y Profesor de Historia con Orientación en Ciencias Sociales – UNaM